miércoles, 15 de marzo de 2017

Jesper Svenbro



En el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2017 se presentará una voluminosa muestra de poesía sueca llamada Los talladores del viento. La selección y traducción de dicho proyecto lírico está a mi cargo. El libro aparecerá bajo el sello de la editorial Uniediciones, en la colección Zenócrate. Dicha publicación cuenta con las caricaturas de los poetas seleccionados. Dichas caricaturas han sido creadas por el maestro Jorge Restrepo, dibujante de la revista Semana y el diario El País de España.
Uno de los poetas participantes en la muestra es Jesper Svenbro quien nació el 10 de marzo de 1944 en Landskrona. Es poeta e investigador literario, especializado en los clásicos griegos. Fue elegido miembro de la Academia Sueca en 2006.  Reside en las afueras de París. Ha sido galardonado, entre otros, con el Premio de la Lírica de la Radio Sueca en 1993, el Premio Bellman en 2000, el Premio Ekelöf en 2001 y el Premio Övralid en 2005. Después de realizar los estudios de bachillerato en su ciudad natal, Landskrona,  estudió latín y griego en la Universidad de Lund y empezó sus estudios de doctorado en la Universidad de Yale (1969-1970). Durante su etapa de doctorando en la Universidad de Lund (1970-1976), estuvo residiendo durante tres años en Roma; una vez defendida la tesis se trasladó a París en 1977 para continuar su carrera como investigador en el Centre Louis Gernet.
La infancia y la memoria son temas recurrentes de su obra lírica cuya la precisión lingüística indica claramente que también se trata de un ejercicio de remembranza realizado por parte de un sueco residente en el extranjero y que habla varias lenguas con el fin de mantener la vitalidad de la lengua materna.



Ciclistas


Y sucedió en este tiempo
que el Hijo del Hombre
se abrió paso en bicicleta
por entre la muchedumbre
y cuando los apóstoles le preguntaron por qué
les respondió:
“Este es mi Rolls Royce.”
Nada tardó después
en esparcirse el chisme
que la bicicleta había sido convertida en coche
ante los ojos de los apóstoles.
Esto fue también el punto de partida de la iglesia.
Solo los congregados que reconocieran de labios
que la bicicleta en esa oportunidad
había sido convertida en auto
podían seguir en la agrupación.
“El automovilismo” desde ese entonces
fue un hecho estructurado. - Esta tarde veraniega
el centro de la ciudad
se ha cerrado por flujo automotor.
Uno ve ciclistas veloces en el amanecer.
Saben que se mueven
en “auto de dos ruedas sin motor”.
Oigo el tono claramente
del cubo en cada rueda de la cicla –
el cubo de la rueda delantera
el cubo de la rueda trasera
unánime canturreo.
Después de un día caluroso ha llegado la refrescante noche.
Y más ciclistas invaden las calles.
Pero el tono del cubo
de repente tiene la misma frecuencia
¡en todas las ruedas!
Por un momento creí escuchar
un gran tono único
de todas las ruedas de la tarde. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario