domingo, 19 de marzo de 2017

Kjell Espmark


En el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2017 se presentará una voluminosa muestra de poesía sueca llamada Los talladores del viento. La selección y traducción de dicho proyecto lírico está a mi cargo. El libro aparecerá bajo el sello de la editorial Uniediciones, en la colección Zenócrate. Dicha publicación cuenta con las caricaturas de los poetas seleccionados. Dichas caricaturas han sido creadas por el maestro Jorge Restrepo, dibujante de la revista Semana y el diario El País de España.
Uno de los poetas participantes es Kjell Espmark quien nació en la ciudad de Strömsud de la región de Jamtlandia. Desde muy joven se trasladó a  Estocolmo. Allí estudio ciencias de la literatura. Debutó como poeta en 1956 y desde entonces ha publicado 15 libros de poesía. También es autor de la serie de novelas  Tiempo del olvido.  Ejerció la catedra de literatura de la Universidad de Estocolmo hasta 1995. Sus investigaciones literarias están expuestas en siete volúmenes acerca del modernismo lírico desde  Baudelaire hasta nuestros días. Sus obras literarias le han merecido una serie de menciones entre las cuales se destaca el premio Carl Emil Englund y el premio literario del periódico Svenska Dagbladet. Desde 1981 ocupa una silla en la Academia Sueca.


La otra vida


Como estar al lado de un auto incinerado
y ver su propio cuerpo inclinado sobre el timón –
Esto parece un sábado cualquiera de octubre
pero pertenece a otra época.
Es como si hubiese salido a tientas de mi vida
y tropezado hacia mi vida.

Los mismos arces y fresnos sin sustancia.
La misma calina con las mismas promesas.
Y el pasto cree tener nuestras huellas.
Pero nunca antes hemos estado aquí.
Tú que abres huecos para sembrar tulipanes
ves la tierra nacer bajo la pala.
Y yo que desconecto el agua antes del invierno
la oigo gotear por vez primera.

Cornejas de un año borrado
tercas tercas
animan al campo a un nuevo intento,
tan sólo otro resplandor recién arado.

Palabras como “cronología” y “aclaración”
son herramientas oxidadas que pongo en el depósito.
La razón puede apelar a la siguiente instancia.   

La otra vida,
con los caminos que nunca recorrimos,
debe haber existido siempre
a la distancia de un brazo
con el mar susurrando junto al mar –
pero no para el que trataba de alcanzarlo.
La palabra es indulto.

El viento da vuelta
allende lo que aún es rescoldo
y los ojos aprenden que el humo escose:
la vida que no escogí
de repente me ha escogido.
Y estoy sin escribir
Hazme escritura.


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