viernes, 24 de marzo de 2017

Per Wästberg


En el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2017 se presentará una voluminosa muestra de poesía sueca llamada Los talladores del viento. La selección y traducción de dicho proyecto lírico está a mi cargo. El libro aparecerá bajo el sello de la editorial Uniediciones, en la colección Zenócrate. Dicha publicación cuenta con las caricaturas de los poetas seleccionados. Dichas caricaturas han sido creadas por el maestro Jorge Restrepo, dibujante de la revista Semana y el diario El País de España.

Uno de los poetas participantes es Per Wästberg quien nació en la ciudad de Estocolmo. A la edad de 15 años debutó como escritor con el libro de cuentos: Joven con burbujas de jabón. Graduado en la Universidad de Harvard, USA, continuó sus estudios en la Universidad de Uppsala, Suecia donde se especializó en literatura africana. Es ampliamente reconocida su lucha contra la represión racista en Sudáfrica. Fundador de Amnistía Internacional en Estocolmo. Durante un decenio fue presidente del PEN Club. En 1997 es elegido miembro de la Real Academia Sueca. Per Wästberg es autor de más de 50 libros compuestos de novelas, ensayos, poemas y cuentos.


Cada mañana a las 8 y 11 horas del desayuno escuchaba
pasar tu tren por el viaducto rumbo al centro sobre la autopista.
Sentía que tú mirabas hacia donde me encontraba.
Los ganchos de las ventanas cantaban que tú existías,
me preguntaba qué harías ese día
y si dormiríamos juntos alguna noche.

Sabía lo rápido que te ponías la capa
y lo retardada que llegabas a cada encuentro.
Llevabas un pájaro colgado al cuello que tú compraste para ti misma
y un anillo al dedo que recibiste de tu marido.
Me escondí en ti como en una casilla secreta de un escritorio.

Los mayas contaban 584 días en un año:
Orbita de Venus alrededor de la tierra.
Cuando miro a través de la ventana de la cocina
te diviso con la basura camino al trabajo.
De nuevo son las 8 y 11.
Haz un guiño con el pañuelo, querida,
aunque pertenezcas a los oficinistas
que escriben cifras en la palma de la mano.

Porque ahora hemos dormido juntos
durante tres mil y una noche
y contado todo lo que ha sucedido
en igual cantidad de días.
El pájaro ha desaparecido,
el anillo cambiado y los niños crecieron.
Llegas tarde como siempre
pero al fin y al cabo llegas y te quedas.


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